A partir de ahora,para que sea todo más a meno colgaremos las tareas en el blog cada dos días, con tarea para esos dos días, por eso ayer no hubo.
Rutinas de asamblea (de forma oral)
CUENTO EL PASTOR Y EL LOBO
Resumen del cuento
Un pastor pensó que sería divertido asustar a los vecinos diciendo que los lobos atacaban el rebaño. Así que empezó a gritar:“¡El lobo! ¡Ha llegado el lobo!”, y cuando llegaron a toda prisa los vecinos, él se rio de ellos. Repitió la broma varias veces, y los campesinos, una y otra vez, vieron que habían acudido a la carrera inútilmente. Un día vino el lobo realmente y el pastor volvió a gritar lo más fuerte que pudo. La gente del pueblo estaba ya tan
acostumbrada a oírlo que nadie le hizo caso ni corrió en su ayuda. Y el lobo pudo comerse todas las ovejas.
Lo que enseña el cuento
Este cuento incide en dos aspectos de la resolución de conflictos:
La importancia de expresar lo que nos ocurre. Comunicar lo que de verdad ocurre es el primer paso para poder solucionar un problema.
El valor de ser honesto. Para solucionar los conflictos, cada parte tiene que exponer con sinceridad lo que quiere y le pasa, porque si no, no se determina bien cuál es el problema.
LEEMOS EL CUENTO
2-3. En tiempos de Maricastaña había un muchacho en un pueblo de montaña que trabajaba de pastor. Se pasaba el día por los prados, con las ovejas, y, tal como os podéis imaginar, se aburría mucho.
4-5. Cavilando sin parar tuvo una idea para pasar un buen rato. “¿Qué hay más divertido que una broma?”, pensó el pastor. Y se inventó una muy gorda para hacérsela a la gente del pueblo.
6-7. El pastor empezó a gritar tan fuerte como pudo: “¡El lobo! ¡Ha llegado el lobo!”. Cuando la gente del pueblo le oyó, dejaron lo que estaban haciendo y subieron deprisa y corriendo hacia el prado. ¡Tenían que salvar el rebaño! Uno llevaba un palo; el otro, un bastón, y el de más allá, la primera cosa que pilló.
8-9. Pero en el prado solo encontraron a las ovejas, que pacían tranquilamente, y al pastor… que se partía de risa.
Al lobo no se le veía por ninguna parte. Muy enfadados, los del pueblo dieron media vuelta. “¡Qué sinvergüenza!”, pensaban.
10-11. Al cabo de unos cuantos días, el pastor continuaba harto de estar aburrido. Solo de pensar en la broma del otro día, se reía… “Les volveré a hacer la broma”, decidió, y empezó a gritar todavía más fuerte que la primera vez:
“¡El lobo! ¡El lobo!”. Y volvió a pasar lo mismo. Todo el pueblo subió corriendo hacia el prado… Pero, claro, allí no había ningún lobo. Y, refunfuñando aún más que la primera vez, cada uno se volvió a su casa.
12-13. Pasaron los días y el pastor hacía la vida de siempre con el rebaño. Prado arriba, prado abajo… De repente, del medio de los árboles salió un lobo que se lanzó sobre una de las ovejas. ¡Ay!, cómo gritaba entonces el pastor: “¡El looobooo! ¡El looobooo!”.
14-15. Desde el pueblo le oyeron, claro, pero pensaron: “¡Hala!, este tarambana nos quiere volver a tomar el pelo. ¡Hoy no picaremos!”. Ese día, el lobo se atiborró de lo lindo y, también ese día, el pastor aprendió una buena lección. Y esta historia se ha acabado, y el pastor, un buen susto se ha llevado.
Interpretamos el cuento
Preguntaremos a los niños acerca del cuento para comprobar su comprensión y dialogar sobre él.
¿Qué decidió hacer el pastor para pasárselo bien?
¿Cómo reaccionaron los habitantes del pueblo al oír sus gritos?
¿Por qué el pastor siempre se reía?
¿Por qué un día los habitantes del pueblo no le hicieron caso?
Al final, ¿qué ocurrió con las ovejas?
Hacemos un dibujo libre del cuento
Podemos ver este vídeo del cuento
FICHAS
Coloreamos el dibujo siguiendo el código de colores
Repasamos los numero con lápiz y completamos las serie de los números, atendiendo al anterior y posterior
PSICOMOTRICIDAD
BAILAMOS LA CANCIÓN DEL VERANO
YOGA
BESITOS
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